Los Innovadores

Los innovadores: Los genios que inventaron el futuro. Walter Isaacson.
Ed. Debate
Parece que uno de los libros estrella de la pasada Navidad fue el que lleva por título “Los Innovadores: los genios que inventaron el futuro” escrito por Walter Isaacson, autor también de las biografías de Einstein y de Steve Jobs con la que obtuvo un gran éxito editorial.

Cuando abrí el regalo navideño y quizás por el cansancio mental que arrastraba en aquel momento, me pareció un tocho (605 páginas y encuadernado en tapa dura) más adecuado para hacer pesas que para ser una fuente de conocimiento. Nada más lejos de la realidad.

Comencé su lectura con cierta precaución. El título tampoco ayudaba. La innovación se está convirtiendo en un nuevo concepto tótem (como antes lo fueron otros) que parece nos va a sacar del pozo en el que nos han metido los mismos que ahora nos venden la innovación cual bálsamo de Fierabrás, solucionador de todos los males de esta nuestra sociedad occidental del siglo XXI. Toda precaución se fue diluyendo a medida que las páginas iban cayendo hacia el lado izquierdo. De hecho prácticamente no se habla de innovación hasta la página 522. Entonces, ¿de qué nos habla Isaacson en todas las páginas anteriores? Pues sencilla y llanamente de la historia de lo que se ha venido llamando “revolución digital”. Y ahí si, ahí me ha enganchado.

El libro comienza a mediados del siglo XVIII haciendo referencia a Ada Lovelace a quien se considera la autora del primer lenguaje de programación y sus referencias a la máquina analítica de Charles Babbage. Avanza con las referencias a George Boole (sí, el del famoso álgebra que trae por la calle de la amargura a muchos estudiantes de electrónica e informática) y a las máquinas de tarjetas perforadas de Herman Hollerith. Entrados ya en el siglo XX se nos muestra la descripción del “computador universal” por parte de Alan Turing.

Claude Shannon describe en 1937 su famoso teorema por el que circuitos dotados de interruptores podían realizar operaciones del álgebra booleana. Howard Aiken (el de los códigos) también andaba por esos años intentando construir un gran computador basado en relés y tubos de vacío. Mientras tanto la teoría de semiconductores va avanzando con Shockley, Noyce y Moore. Escuchando estos nombres me he acordado en este punto del profesor Lombardero de la ya histórica Escuela de Ingenieros Técnicos de La Casilla en Bilbao allá por 1986, un gran profesor que nos hablaba de teoremas, de electrones, de huecos, de pnp, de npn, de diodos, tansistores y tiristores pero inmerso en un mundo académico y universitario muy alejado de las referencias que se hacen en el libro: Harvard, Pennsylvania, Princenton, Massachusetts, Berkeley y sobre todo al modelo de Stanford donde ya hace más de cincuenta años se hablaba de cosas que en nuestras Universidades van avanzando lentamente como la participación de empresas privadas, el fomento de la investigación aplicada, la creación de espacios donde desarrollar proyectos, etc.

Los Laboratorios Bell inventan el transistor en 1947 y van apareciendo empresas que aún hoy en día son muy conocidas: 1938 Hewlett-Packard, 1957 Fairchild Semiconductor, 1968 Intel, 1975 Microsoft,… Los computadores van reduciendo su tamaño y aumentando su potencia de cálculo. A partir de los modelos de Atanasoff y Von Newmann se van desarrollando computadores cada vez más pequeños pero más potentes (Colossus, Mark I, ENIAC, EDVAC, UNIVAC,…) que entre otras cosas ayudan a los aliados a ganar la Segunda Guerra Mundial. En este punto merece mención especial la aportación de las seis programadoras de Aberdeen (Jean Jennings, Marlyn Wescoff, Ruth Lichterman, Betty Snyder, Frances Bilas y Kay McNulty). Viéndolo desde el siglo XXI parece que hemos ido hacia atrás. En mi aula de Sistemas Operativos y Redes Locales tengo 24 alumnos, solo una chica. ¿Cúal es el porcentaje de chicas participantes en la Euskal Encounter? Pienso en empresas informáticas de mi entorno y no veo mucha aportación femenina. Esto hay que cambiarlo.

Es en 1969 cuando se instalan los primeros nodos de ARPANET precursora de Internet, nuestra red de redes y las cosas se aceleran siguiendo las pautas “colaterales” de la Ley de Moore. Todo se acelera de manera exponencial hacia la historia más conocida. Vint Cerf y Bob Khan completan los protocolos TCP/IP para Internet en 1973. Bill Gates y Paul Allen crean Micrsosoft en 1995. Steve Jobs y Steve Wozniak lanzan el Aplle I el mismo año. Richard Stallmann empieza a desarrollar GNU un sistema operativo libre en 1983 y Linus Torvalds lanza la primera versión del kernel de Linux en 1991, año en el que Sir Tim Barners-Lee anuncia la World Wide Web. En 1998 Larry Page y Serguei Brin lanzan Google y es en 2001 cuando Jimmy Wales propone la Wikipedia como enciclopedia mundial.

Esto es a grosso modo lo que nos muestra el libro: Una historia de la revolución digital. Pero no es hasta el último capítulo (como en las buenas novelas) cuando le das sentido al título de la obra. Enfocado en las microbiografías de tantos nombres ilustres me he perdido una visión más teleobjetiva que me hiciera ver que, para que todo esto ocurriera, debe existir una cultura, unas infraestructuras, un apoyo público y privado, un espíritu de hacer las cosas (llamémosle emprendedor), un deseo de compartir y contrastar conocimiento; en definitiva un ecosistema que facilite el desarrollo de proyectos innovadores y no tanto de hablar de innovación que creo que es en lo que nos estamos quedando nosotros. En definitiva, menos consultoría de innovación y más desarrollo de proyectos.

He recomendado la lectura de este libro a mi alumnado. Me han preguntado si había salido ya la película.