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¿Nos estamos cargando la Justicia?

 El caso del preso Iñaki de Juana Chaos está removiendo los cimientos de la Justicia y urge una reflexión sobre el concepto de Estado de Derecho, que tanto se toma como bandera entre los responsables políticos.

El Estado de Derecho se basa en la separación de los tres poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y en la defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos. En este sentido últimamente se está diseñando un tipo de Justicia "ad hoc" que a mi entender vulnera el principio de igualdad ante la ley.

En el caso De Juana se dan una serie de circunstancias que creo que deberían al menos sugerir una reflexión ya que creo que este caso puede sugerir la quiebra democrática del Estado, al menos en su parte jurídica.

Veamos las reflexiones:

  • El preso De Juana fue condenado, por 25 asesinatos, a casi 3000 años no a 18 cómo se dice, el tema es que queramoslo o no, el Código penal español no contempla ni la pena de muerte ni la cadena perpetua y además cuando fue juzgado no se contemplaba ni siquiera la Doctrina Parot, por lo que con la medidas de redención de penas, tras 18 años de cárcel, se entiende que tiene su pena cumplida.
  • El preso publica dos artículos "El escudo" y "Gallizo" por lo que se le condena a 12 años. Es recomendable la lectura y el análisis de ambos documentos y preguntarnos si en verdad se ajusta la pena al delito. ¿Si los firmara otra persona la pena sería la misma? O incluso ¿serían constitutivos de delito?
  • Además la sentencia está recurrida y por ello De Juana es un preso preventivo. La fiscalía, tan denostada, no ha pedido la libre absolución, ha pedido que cumpla la pena en casa en prisión  domiciliaria vigilada y se ha negado esta posibilidad. ¿En otros casos (presos comunes, Galindo, Vera) se ha actuado así?
  • Se convoca a un pleno del tribunal para tratar el recurso planteado a la resolución favorable a la prisión domiciliaria vigilada de la sala que lo ha juzgado con el objetivo de no aceptarla puesto que los magistrados de la sala eran favorables y de hecho son tres de los cuatro votos particulares. Normalmente este tribunal no actúa así y me pregunto, si los magistrados de la sala hubieran decidido lo contrario, ¿Se hubiera convocado el pleno?

Uno de los valores del Estado de Derecho es la aplicación imparcial de la Justicia y es uno de los valores de cualquier democracia.  Con este tipo de actuaciones ¿no nos estamos cargando la confianza en el Derecho que a los ciudadanos nos ampara?.

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