El médico

El médico. Noah Gordon. Ediciones B. 1993.

Aunque no soy amigo de las “listas de los más vendidos” y de que me dejo llevar más por el instinto, aconsejado por las mujeres de la casa, he recuperado de la estantería este best seller; y tengo que decir que no me ha defraudado.

Quizás haya sido por el inminente viaje a tierras otomanas y que estaba especialmente sensible hacia Oriente, pero me ha gustado la epopeya de Rob J. Cole.

Tras pasar una dura infancia en la Inglaterra de la Baja Edad Media y servir de ayudante a un cirujano-barbero (Henry Croft) que deambula por tierras inglesas, Rob se da cuenta de que tiene un don y quiere explotarlo: quiere aprender a sanar a la gente.

Cuando Croft muere y Rob se queda solo, un médico judío (Benjamin Merlin) le aconseja ir a estudiar a Persia donde se encuentra el mejor de los médicos: Ibn Sina o Avicena . Y es aquí donde comienza la epopeya de Rob por toda Europa hasta llegar a la madraza de Ispahán. En Persia aprenderá el oficio de la medicina, se hara pasar por judío, recibirá los favores del Sha, participará en la curación de la peste, hará de médico en el campo de batalla y creará una familia.

Es un viaje iniciático donde podemos destacar dos cuestiones centrales, a mi entender, en la obra: la evolución del joven inglés a lo largo del texto y la comparación entre la cultura europea y la persa, cuya grandeza se acrecienta incluso tras la vuelta de la familia Cole a Inglaterra.

Tampoco hay que olvidar la visión que da el autor respecto a la importancia de las tres religiones monoteístas (musulmana, judía y cristiana) en la vida de la sociedad de aquel tiempo con un gran trabajo de documentación por parte del autor aunque parece que en unos temas centrales del libro (la imposibilidad de hacer autopsias y por tanto de explorar el cuerpo humano) existe un gazapo que se comenta en la bitácora de Alejandría.