Vía TechCrunch leo que Edgar Bronfman uno de los jefazos de la Warner Music Group ha reconocido que la industria discográfica se quedó dormida en los laureles sin entender los cambios que se estaban dando con el advenimiento del mundo conectado. En concreto admite que:
We used to fool ourselves…We used to think our content was perfect just exactly as it was. We expected our business would remain blissfully unaffected even as the world of interactivity, constant connection and file sharing was exploding. And of course we were wrong.
En este sentido hace poco Txetxu planteaba que las editoriales de libros de texto se encontraban en un momento de incertidumbre y probablemente de reflexión. Sin embargo, entre los profesionales de la educación observo muchas veces que nos encontramos en la situación definida por el señor Bronfman: creemos que los contenidos que impartimos son perfectos y esos temas de la conexión a la red, de la compartición de contenidos, de la colaboración entre diferentes, en definitiva del constructivismo social o del conectivismo, no influyen en nuestro que hacer diario porque el aprendizaje de nuestros alumnos y alumnas lo controlamos nosotros.
¿No creéis que, al igual que la industria discográfica, nos estamos autoengañando?
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