Se hace eco Ricardo Ibarra (Erikenea) de una reflexión de Carlos Cabanillas sobre el objetivo de la Junta de Extremadura de alcanzar la cifra de un ordenador por alumno en la Enseñanza Secundaria Obligatoria.
Aunque estoy de acuerdo con algunas reflexiones que realizan como por ejemplo la de la supresión de los libros de texto ya comentada en este blog o la de menos horas de clase pero más de permanencia en el centro para el profesorado, no veo con claridad la necesidad de ese objetivo propuesto por la Junta de Extremadura. Más que nada porque no veo claro el uso didáctico que se va a dar a ese equipamiento. ¡Ojo!, el que se le va a dar no el que le podría dar. Y espero equivocarme.
Conociéndome, alguno o alguna dirá que a que viene esto con lo que me gusta a mi la cacharrería pero, efectivamente, ahí está el quid de la cuestión. Al final los ordenadores, los portátiles, los tablet PCs o lo que sean no son más que hadware que para ser un gran medio didáctico necesitan de la presencia de un profesorado que les sepa sacar chispas en el proceso de aprendizaje de su alumnado. Y ahí es donde veo el problema. La introducción masiva de las TIC en las aulas está creando cierto rechazo entre compañeros y compañeras que se sienten más cómodos con el equipamiento digamos tradicional.
Y es cierto. Se comentan problemas de mantenimiento y vandalismo. Se comentan problemas de ancho de banda de conexión en las aulas. Todo eso serían nimiedades susceptibles de ser superadas en un contexto en el que un profesorado formado, con experiencia en el uso de las nuevas herramientas e involucrado en la búsqueda de la mejora integral de su alumnado basada en la innovación fuera el verdadero motor del aula.
Y creo que es aquí donde hay que basar la introducción de las TIC; en otro tipo de proyectos menos técnicos y más pedagógicos como el desarrollo de proyectos PBL (Problem Based learning), las actividades de tratamiento crítico de información y no de mera búsqueda, la creación de materiales y contenidos propios por parte del alumnado (learning by doing), el uso de herramientas colaborativas para la generación de aprendizajes entre iguales (alumno-alumno), etc.
Y para esto no hace falta tanto cacharro, hace falta formar y motivar al profesorado. Hace falta que el hardware no sea un estorbo para que la chavalería pueda tomar notas cuando tenga que anotar y hacer ejercicios cuando los tenga que hacer. Aunque sean con papel y boli.
Francisco
Comparto completamente tus reflexiones se puede decir más alto pero no más claro.
Después de la experiencia vivida creo que es mejor empezar con tres aulas de informática perfectamente equipadas cerraditas con llave y un planning para quien quiera usarlas
Un abrazo de Paco