Malditos Bastardos

Malditos Bastardos. Reseña.

 

Antes de empezar un par de avisos. Si te gustan las "hazañas bélicas" tipo "Los cañones de Navarone" esta no es tu película. Si eres fan de Brad Pitt tampoco te la aconsejo. Pero si quieres ver una película diferente que puede generar conversación mientras te tomas un café tras salir de la proyección, no dudes en ir a verla. Tarantino no dejará a nadie indiferente.

 

La película narra varias historias paralelas que confluyen, guiadas por el destino, en una sala de cine de París durante la invasión alemana. De hecho, la profusión de personajes representados por actores y actrices no excesivamente conocidos da a la película un aire coral donde la aportación de Brad Pitt no va más allá de ciertas muecas forzadas y la foto del cartel y donde sin lugar a dudas destaca Christoph Waltz en su papel del coronel nazi Hans Landa. Una interpretación merecedora de una candidatura a los Oscar (por lo menos).

 

A mi me ha parecido una película basada en sentimientos encontrados donde los "buenos" muestran una crueldad exagerada, los nazis parecen hilarantes muñecotes del guiñol y donde el amor se puede convertir en odio (o viceversa) en un abrir y cerrar de ojos.

 

Me ha encantado la realización con inteligentes cuñas y referencias al cine que muy bien ha recogido Eduardo Larequi en "Los bastardos de Tarantino". También me ha gustado la intencionada selección musical que en algunos momentos puede llegar a descolocar. Sus más de dos horas de duración se me han hecho cortísimas.