Surrealismo obsceno

Azken hogeitalau orduetan gertatutako gauzak benetan harrigarriak iruditu zaizkit. Pertsona baten bizitza eta beste batzuen eskubide zibilak jokoan egongo ez baziren nobela surrealista txar bat irakurtzen nengoela pentsatuko nuen. Monty Python-en pelikulak baino harrigarriagoa da bizitza erreala. Sorgin heiza hasi da, edo aspaldi hasita zegoen, ez?

Los hechos acaecidos durante las últimas veinticuatro horas son tan sorprendentes que no se si estamos viviendo la vida real o hemos sido abducidos por el guión de un texto obscenamente surrealista.

Ayer nos acostamos con la decisión de un tribunal (sí, con minúscula) que impide que la candidatura de Bildu se pueda presentar a las próximas elecciones. Recordemos que todos los candidatos y candidatas de dicha coalición han firmado un decalogo en el que rechazan explicitamente “el uso de la violencia para lograr objetivos políticos”. Pero el tribunal en su decisión recoge esta frase:

“La condena de la violencia es una táctica instrumental que la propia ETA auspicia para impedir la ilegalización de su rama política; siendo este un dato que priva de vigor decisivo a las manifestaciones de condena.”

Surrealista ¿no? O por lo menos proveniente de un pensamiento retorcido. ¿Conoce esta gente la trayectoria de Rafa Larreina y Oskar Matute, por ejemplo?

Hoy por la mañana nos hemos levantado con las declaraciones de todo un Premio Nobel de la Paz en las que prácticamente se confesaba inductor de la ejecución de una persona. Un comando ejecuta de un disparo en la cabeza a una persona sin juicio ni defensa. ¿Nos suena no? Lo hemos vivido cerca y estamos hartos ¿no? Pero ¿Cúales son las reacciones de quienes se tienen por cancerberos de la Paz? ¿Pero no decían ayer otra cosa? Me estoy liando.

Lo más curioso es que hay quien piensa que todo este tema de la ilegalización de Bildu es puro teatro, que el jueves todo estará resuelto y sus listas podrán competir en igualdad de condiciones con las demás. También hay quien dice que la imagen de Bin Laden está trucada por lo que se extienden las dudas sobre quien ha sido el “ejecutado”. Ya veremos en que queda todo esto.

Si no fuera porque estamos hablando de vidas y derechos civiles de personas la caza de brujas que estamos viviendo resultaría mucho más desconcertante que cualquier película de Monty Python.